Por David Chiprés
Entre Chefs internacionales creando nuevos platillos, cerámicas más resistentes, prótesis para personas, casas y corales para regenerar la vida marina, las puertas para la experimentación de las aplicaciones de la tecnología de impresión 3D están abiertas de par en par.
En Los Países Bajos encontramos dos proyectos que revolucionarán la forma de construir puentes. En Amsterdam, la empresa MX3D hará el primer puente de acero impreso en su totalidad. Construido a través de dos brazos mecánicos posicionados cada uno a un extremo del puente, medirá 12 metros de largo y será para uso exclusivo de peatones. El proyecto ha tenido algunos cambios de dirección y actualizaciones, pero se espera pueda concretarse a mediados del 2018.
Por otro lado, la Universidad Tecnológica de Heindoven, quienes son pioneros en el uso de la tecnología para la impresión de concreto en grandes dimensiones. Inauguraron el 17 de octubre de este año el primer puente de concreto pretensado y reforzado de todo el mundo. Enfocado para bicicletas, capaz de soportar 5 toneladas de peso, tiene 8 metros de largo y 3 de ancho y fue instalado en el pequeño pueblo de Gemert, en la Brabante Septentriona. Un detalle importante, es que los investigadores de la Universidad pudieron incorporar exitosamente cable de acero reforzado al proceso de impresión, lo que es equivalente a la malla de refuerzo que se usa en los métodos convencionales.
Una tecnología cuyo desarrollo fue en algún momento abandonado por “falta de perspectiva empresarial” está demostrando sus grandes capacidades y ventajas de utilización, que sin dudas nos seguirán sorprendiendo en los años venideros.
por David Chiprés
Hace apenas algunas semanas un estudio demostraba como en más del 80% de pruebas realizadas en aguas oceánicas tomadas de diferentes países (Estados Unidos, Canadá, Noruega, Francia, Australia, Uganda, Nueva Delhi, entre otros) se podían encontrar partículas y fibras plásticas microscópicas; Aunque la contaminación en los océanos no es una noticia nueva, lo alarmante de estos resultados son la “invisibilidad”, la dimensión de la presencia del contaminante y el hecho de que solo hasta ahora haya sido descubierto.
Ambientalistas proponen un cambio en las prácticas humanas para tratar de revertir esta situación. Invitan al uso de reutilizables, a la implementación de mejores técnicas de reciclaje de los desechos y al cambio de los hábitos de consumo.
En Latinoamérica cada persona genera 0.63 kg de basura en promedio por día. En su mayoría, estos desperdicios sólidos son empaques, bolsas plásticas o restos de alimentos. Se calcula también que cada minuto se utilizan un millón de bolsas plásticas en todo el mundo y que a cada una le toma al menos 150 años en degradarse.
Avani es una empresa localizada en la isla de Bali que desarrolla productos de comportamiento biodegradable. De su línea destaca una bolsa hecha de raíz de cassava (yuca) y otras resinas naturales. Tiene capacidad de desintegrarse totalmente entre 3 y 6 meses, dependiendo de las condiciones del suelo, convirtiéndose en dióxido de carbono y biomasa sin dejar residuos tóxicos. El proceso puede acelerarse disolviéndola en agua caliente, suavizándola en agua fría o quemándola, dejando solo un pequeño rastro de cenizas. Es además segura en caso de que animales la ingieran. Esta condición es una mejora radical en comparación con las bolsas plásticas tradicionales, ya que según el Instituto de Investigación para el Desarrollo (IRD) en Francia, se estima que más de 1.5 millones de animales mueren al año en todo el mundo por ingesta de plásticos.
A pesar de los beneficios de su utilización el mercado no le ha aceptado del todo, ¿la razón? Las bolsas bio-cassava cuestan el doble que las convencionales, pero como Kevin Kumala, Co-fundador de Avani comentó en una entrevista:
“¿Qué son dos centavos más cuando puedes reducir la cantidad de desechos plásticos que aquejan a nuestro planeta?”
Por David Chiprés
La evolución del pensamiento de diseño incentiva la preocupación de los creadores y diseñadores por la sostenibilidad ambiental, llevándonos a explorar alternativas de materiales y tecnologías que podamos implementar en nuestros procesos para hacerlos más amigables con el planeta.
Tal es el caso de la empresa sueca TIERRA, quienes desarrollaron Deterra, una chaqueta para exteriores hecha 100% de elementos naturales.
El relleno está hecho de lana de ovejas de Alemania y un derivado de la celulosa obtenido de la madera llamado Tencel. Para su tejido externo se utilizó EVO, una poliamida orgánica de alta tecnología procedente del aceite de la nuez de ricino; De cualidades biodegradables, resistente al agua y a los solventes, la tecnología creada por Fulgar es además bacteriostática (controla olores) y aislante de temperaturas. Le complementan botones hechos de nuez de corozo y cuerdas de algodón.
TIERRA logra un diseño funcional y totalmente libre de materiales fósiles y que, al contar con pocos elementos, reduce también el impacto en su transportación.
Su alto nivel de sostenibilidad ha impresionado a la industria y ya fue galardonado este año con el premio ISPO en la categoría de Accesorios Eco Responsables y el premio a la innovación sostenible de la Outdoor Industry.
Por David Chiprés
Después de 46 años de su creación, MATTEL saca al mercado una versión inclusiva del reconocido juego de mesa “UNO”, diseñada para ser más amigable con personas daltónicas.
La baraja usa un código que se basa en un sistema gráfico para distinguir colores a través de cinco símbolos, cada uno correspondiente a los tres colores primarios y dos más para el blanco y el negro. Este sistema de identificación de color fue desarrollado por la empresa ColorADD.
Se estima que en el mundo hay cerca de 350 millones de personas con alguna forma de daltonismo; Y aunque este no es el único o primer juego de mesa diseñado para daltónicos, el reconocimiento a este segmento por una marca internacional como lo es Mattel, representa un gran paso adelante en cuestiones de inclusión.
Para saber: