¿Infografía o Isotipo? Pt. I – Introducción

Por Nicolás Del Real

Si hay algo que estamos más acostumbrados a diseñar, es sin lugar a dudas, una infografía. Independientemente de si seas comunicador gráfico, industrial o arquitecto. Siempre, en algún punto del proyecto en cuestión, se nos pide presentar la información de la forma más sintetizada y clara. Eso sí, preferentemente, de forma gráfica, o lo que es lo mismo, se nos pide realizar una infografía.

Y esto, si bien es una actividad que está más acostumbrado de realizar un comunicador gráfico, no es exclusiva de él. Un diseñador industrial necesita en algún momento presentar un producto o servicio al cliente en cuestión, y para esto no presentará en primer instancia un empastado de hojas con todo el proceso de proyectación, sino que lo primero que pondrá al frente del cliente será una infografía que sirva de primer acercamiento a la información a tratar. En otro caso, tenemos al arquitecto que muestra la maqueta de tal o cuál construcción junto a una infografía que muestra de forma sintética la información más importante junto con el render detallado y ya contextualizado en cierta locación que hace más fácil de imaginar el proyecto que representa la maqueta. Ejemplos tenemos muchos. Unos muy interesantes los encontramos en esta nota de QUARTZ.

 

Infografía que muestra diversas construcciones de domos inspirados en el trabajo de Brunelleshi. Puedes ver la nota de National geographic aquí.
Infografía que muestra diversas construcciones de domos inspirados en el trabajo de Brunelleshi. Puedes ver la nota de National geographic aquí.

Inclusive encontramos casos en los que no diseñadores tienen que aventurarse a realizar o pedir el desarrollo de infografías a sus colegas, aun cuando no tengan la más mínima idea de que si quiera así hay que nombrarles. Un médico puede necesitar comunicar cierta información con respecto al cuidado que debemos tener con ciertas enfermedades a una comunidad no erudita en el campo de la medicina. Para esto el médico no puede recurrir a todos sus conceptos y tecnicismos, ya que sabe que va a confundir al auditorio. El médico no tiene otra opción sino presentar la información de la forma más concreta y fácil de comprender. Para lograr esto tiene que recurrir al mínimo uso de lenguaje técnico, y si es posible, apoyarse de imágenes.

 

 

Es curioso que en estos casos el médico tenga que realizar una cosa llamada “cartel científico”. Y tiene sentido, el médico no le va a llamar a su medio para comunicar información científica, un mero cartel. Estos se usan para promocionar eventos culturales. La presentación de un libro. El concierto de la próxima semana. La campaña política del momento. Esto no tiene nada que ver con el médico y sus intenciones. Este se va a referir al cartel mediante la diferencia específica de que es “científico”. El médico, en tanto agente activo en la comunidad científica, hace ciencia, por lo tanto, cuando la comunica en tal o cuál gráfico, tiene que este a su vez ser “científico”. Y lo mismo para cuando el dichoso médico se dedica a cocinar. El no hará simplemente un platillo. Este hombre de ciencia hará un “platillo científico”.

 

 

Y podemos seguir reduciendo al absurdo el asunto y dar forma a un relato muy divertido. Sin embargo esa no es la finalidad de este ensayo. El punto es simplemente señalar que hay una diversidad de profesionales que llegan a realizar infografías, sea como sea el nombre con que nos refiramos a estas.

 

 

Aquí es donde empieza la cuestión principal del ensayo. Y es que hoy en día poseemos de bibliografía de lo más variada que nos explica que son y cómo hacer infografías.[1] Diversos autores nos ofrecen definiciones muy interesantes y sustentos teóricos variados, desde varios enfoques. Aquí no nos importa ofrecer un tipo de análisis de los diversos enfoques con que se ha tratado el concepto de infografía. No tenemos intención de proponer una definición más precisa. Tampoco es de nuestro interés mostrar una serie de buenos ejemplos. Este ensayo tiene más bien el carácter de ser, por así decirlo, una clase de historia.

 

 

Y es que hemos visto que podemos referirnos a una infografía de modos diversos. Puede ser también una mera “visualización de información”, un cartel informativo, o según nuestro hipotético y desventurado médico, un “cartel científico”. De todos estos modos nos referimos hoy en día al concepto de infografía. Unos más claros que otros.

 

 

Decíamos que este ensayo tiene un enfoque histórico. No queremos buscar entre las infografías de hoy en día. Ni siquiera en las ideas de tal o cuál comunicador gráfico respecto al tema. Lo que buscamos es más bien buscar en el pasado. Nos interesa encontrar los primeros ejemplos de infografías. Nos interesa analizar las primeras ideas respecto al tema ¿Quién habrá sido el primero que formalizó o ejemplificó esta idea tan explotada hoy en día?

 

 

Esta búsqueda nos remonta a principios del siglo XX. Más en específico, nos lleva al año de 1936 en la ciudad de Viena, Austria. En este año, Otto Neurath publica International picture language. The first rules of ISOTYPE, un texto que pretende sentar las bases de un nuevo sistema educativo universal con base en imágenes.[2] Este pequeño texto, escrito en un curioso “ingles básico” y con la leyenda que nos promete un libro “con imágenes de ISOTIPO”[3], sienta las bases de una nueva tradición gráfica. Una más formal y precisa. Una que por primera vez se preocupa por la manera de presentar información compleja en un formato visual muy sintético, de tal manera que ésta sea comprensible para un público no especializado.

 

 

El texto parte de la premisa de que se necesita un sistema de lenguaje universal basado en imágenes. “Hoy en día no hay un sistema para trabajar tales imágenes”.[4] Neurath nos señala que aún los mapas geográficos, basados en un sistema con ciertas reglas para dar forma a las imágenes, no tienen el mismo alcance educativo a como si se enseñaran a través de la experiencia, esto es, explicándolos con ayuda de un experto o admirando tal cual el paisaje de cierta región. Su señalamiento tiene sentido. Y es que la vivencia de tal o cual región geográfica tiene más posibilidad de aprehenderse que aquella que se asimila a través de su mera abstracción en tal o cual mapa. Así como comprendemos más fácilmente cómo se martilla con el martillo, a través de la vivencia del martillar, a diferencia de la explicación teórica de lo que es el martillo y su utilidad a través de conceptos. Así también Neurath nos hace énfasis en que la forma visual tiene preeminencia sobre el concepto que se deriva de ésta.

 

 

Los mapas dependen de su realización formal del trabajo de hombres de ciencia y diseñadores –pero para poner a ambos a trabajar juntos se necesita de un experto. Esto es aún más importante en otros campos del manejo visual. Transformar los preceptos científicos en imágenes es comúnmente un asunto delicado, y no es el trabajo de un hombre de ciencia o del diseñador. Atención especial en este proceso ha dado nacimiento al sistema ISOTYPE. Sus reglas son el instrumento para que sirve de puente para conectar el trabajo de la ciencia y del diseño.[5]

 

Recordemos que el texto data de 1936. Ciertas afirmaciones, como la diferencia radical entre ciencia y diseño, pueden sonar ásperas al oído de varios diseñadores. Sin embargo, hay que recordar que nos encontramos analizando ideas de principios del siglo XX. En esta época apenas y se hablaba de diseño. Y mucho menos se le entendía como lo entendemos hoy en día, esto es, si bien no como una ciencia, si como una disciplina creativa con un cierto rigor metodológico y con un marco teórico más o menos estructurado. Al parecer Neurath entendía por diseño lo que propiamente entendemos hoy como una actividad meramente artística, esto es, una actividad meramente intuitiva que tiene por objeto la exaltación de valores estéticos.

 

 

La suposición cobra sentido cuando nos enteramos que Neurath llegó a tener contacto con la famosa Bauhaus en los 30´s, dando conferencias acerca de su nueva “estadística visual social” desarrollada por él, que, de forma gráfica, representaba correlaciones sociales con pictogramas.[6] No sería de extrañar que Neurath haya llegado a ver que, a pesar de los copiosos esfuerzos de los dirigentes de la escuela por fijar métodos más o menos razonables para “diseñar”, se escaparan un puñado de aprendices haciendo lo que les diera la gana, dando alto vuelo a su pensamiento creativo, moviéndose en razonamientos arbitrarios y guiados de vez en cuando por el afán de hacer arte.

 

 

Actualmente, si bien el diseño se ha mantenido en estrecha relación con el arte, este se le ha distanciado. Hoy en día es sin lugar a dudas preferible, para el diseñador, la proyectación de productos o servicios que puedan producirse en masa, a la expresión meramente artística con base en tales pigmentos pintados en tal o cual lienzo. El diseñador busca hoy en día más que sólo el tratado estético de las cosas. El diseñador en primera instancia busca ya sea la reproducibilidad, la empleabilidad, la resistencia o la comunicación efectiva en tal o cual proyectación, o todos a la vez. El trato estético, si bien importante, tiene que condicionarse a lo que dicten factores diversos.

 

 

Pero el punto de este ensayo es el análisis de las primeras formulaciones de infografías. No cabe ahora generar discusión sobre la relación entre arte y diseño, que si bien patente, es oscura.

 

 

Lo relevante de los últimos párrafos lo podemos resumir a que el sistema ISOTYPE fue creado para auxiliar a diseñadores y científicos para trabajar en conjunto en la comunicación efectiva de información a través de un lenguaje universal basado en imágenes. Podemos agregar que el tratado llegó incluso a los oídos de la influyente Bauhaus, y sin embargo, por alguna razón, ahí se quedó.  Y esta conclusión es clara cuando recordamos que hoy en día, un isotipo no refiere a una infografía producto de un lenguaje visual universal, sino a un elemento meramente icónico de un identificador gráfico. En algún punto de la historia decidimos olvidar el trabajo de Neurath y abrirle paso a las “infografías”. ¿Qué pasó para que las ideas de Neurath no trascendieran? Y mirando en dirección contraria, ¿Cuáles fueron los detonantes que dieron origen al sistema ISOTYPE? Nos concentraremos en este cuestionamiento más adelante.

 



[1] Desde el punto de vista del periodismo encontramos dos textos muy interesantes: Cairo, Alberto. (2002). Infografia 2.0. Madrid y Alamut, ValeroSancho, J. L. (2001). La infografía: técnicas, aná¡lisis y usos periodisticos. Bellaterra. Universitat Autonoma de Barcelona.

[2] Ver Neurath, Otto (1936) International picture language. The first rules of ISOTYPE. London. R. I. Severs. Cambridge.

[3] Ibidem, p. 7.

[4] Ibidem, p. 8.

[5] Idem

[6] Droste, Magdalena (2006) Bauhaus. TASCHEN Benedikt

 

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