Por Guillermo Esparza.
Dentro de los diseños urbanos uno de los elementos más importantes es el pavimento. Del material que se escoja y cómo se diseñe influye no solo en la calidad estética del espacio y lo que este comunique, sino también que el coste de mantenimiento sea redituable, que los peatones no resbalen cada vez que llueve o que los vehículos ralenticen su velocidad, entre otras cosas. Más allá del aburrido pavimento gris sin más función que la de ser pisado, encontramos un mundo de opciones. Algunas de ellas son las siguientes.
Esteticos

En la playa de Copacabana en Río de Janeiro donde son famosas las caipirinhas, encontramos los dibujos en ondas que Burle Marx realizó en el malecón. Y es interesante pasearse por todo Río y descubrir que Ipanema, otra de las playas de la ciudad, tiene otro dibujo y seguir descubriendo que en cada rincón de la ciudad un “artista” ha hecho su propio diseño con las piedras blancas y negras.
Aunque la más famosa sea la de Copacabana, los dibujos en blanco y negro para decorar las aceras empezaron en Lisboa. La llamada ciudad de los azulejos es famosa por su enorme cantidad de azulejos pintados a mano en azul y blanco que cubren bastantes espacios urbanos entre edificios públicos, parques, aceras, etc. Dichas piezas poseen un valor incalculable y le han dado a esta ciudad una huella digital con la que se reconoce alrededor del globo.
joyas desapercibidas

Es imposible pasear por Barcelona y no fijarse en las baldosas hexagonales con dibujos marinos en relieve de Gaudí (el Panot de Gaudí). Proyectadas en un principio para la casa Batlló y utilizadas en la Pedrera, en 1997 fueron reeditadas y llenan el Paseo de Gracia, formando entre si el dibujo completo. Contrario a lo que parece es un pavimento mucho más económico que otros y requiere de menor mantenimiento.
Hay pavimentos que funcionan a la perfección e incluso tiene complementos estilísticos muy atractivos. Es el caso de los “panots” de Barcelona o la baldosa de “roseta” de Bilbao, que después de un siglo siguen funcionado. Cada una representativa de sus respectivas ciudades y diseñadas a principios del siglo XX con la idea de evacuar el agua de lluvia y no resbalar, ser costeables y fácilmente sustituibles en caso de fractura. Actualmente sus diseños se han convertido en todo tipo de souvenirs. En Barcelona uno de los más conocidos es el de la Flor, diseño original del arquitecto modernista Puig i Cadafalch.

Este tipo de detalles hacen que un espacio cobre un nuevo valor desde empieza a ocuparse (pisar, en este caso). Detalles como estos dicen mucho del territorio en el que se pensaron y al trasladarlos a otro entorno perderían su significado. Muchas veces se comparten su para la expresión social en conjunto de los valores físicos del material y la funcionalidad como lo es evitar el derrape de automóviles o si es para un espacio peatonal impedir resbalarse.
lúdicos

Que un elemento desempeñe varias funciones permite ahorra tiempo y dinero. Además de las tareas de señalización y diferenciación de usos, el pavimento, ayudado por la tecnología, tiene más deberes. Ya existen pavimentos que integran Wifi, recogen datos para investigaciones o transforman el impacto de las pisadas en energía.
El pavimento que lanza chorros de agua directamente del suelo inmediatamente se transforma en una zona interactiva para pequeños y grandes. En este caso lo interesante es el almacenamiento de otro elemento aparentemente extraño (el agua) dentro del pavimento y como cambia el uso de un espacio al permitir la interacción de las personas a través de este sentido lúdico.
diferenciadores de usos

Un clásico sin duda es el carril para bicicletas: dos usos distintos del pavimento diferenciados sólo con el textura o el tipo de material.
Otro caso es el de las calles de coexistencia: peatón y vehículos unidos en el espacio por un mismo pavimento. Pero puede extenderse más la aplicación de este principio de diferenciación; utilizar pavimentos verdes o semipermeables para señalizar zonas de descanso, separar zonas de juego de zonas de tránsito peatonal con el simple cambio de material. Incluso permite crear espacios temporales con una “alfombra” o pintura que se retire fácilmente: las terrazas de los bares, con su césped artificial delimitándolas, son claro ejemplo de esto.
Este principio nos ayuda a que dentro de un mismo espacio puedan identificarse sus distintos usos sin necesidad de la aplicación de señalética, depurando así elementos del paisaje urbano para crear espacios más armoniosos y entendibles.
informativos

Es el pavimento donde los invidentes encuentran señalizaciones que les informan de los espacios públicos, pero también puede ser usado para indicar muchas otras cosas, como evitar ocupar el espacio público con carteles.
Si miramos de vez en cuando el suelo nos podemos encontrar desde nombres de calle o recorridos de rutas culturales (como en Barcelona con la Ruta del Modernismo y sus panots rojos) hasta medidas métricas como en Trafalgar Square en Londres donde encontramos la medida estándar de 100 pies, entre otras.
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