Por Jantte Ayala
Hay estadísticas que proponen que la calidad de vida de una población se puede medir a través de sus espacios públicos, los entornos urbanos representan el reflejo del comportamiento de la sociedad en los productos que ambientan sus calles, parques y jardines.

El estudio Anna Szonyi reinterpreta el estándar de requerimientos para productos de equipamiento urbano, que por lo general se conciben como bruscos por su intensidad de uso e incluso en ocasiones toscos y austeros. La banca boomerang, propuesta de este estudio, es un objeto más bien delicado, desde cierta perspectiva tal vez hasta lúdico, pero explora el concepto de emociones viscerales que con solo encontrarlo en la calle probablemente provoque querer sentarse unos minutos y jugar con sus formas y posiciones.
Anna Szonyi ha incursionado tanto en el arte como en el diseño, sin embargo, es su silla boomerang la que ha dado la vuelta al mundo y actualmente encontramos todo un sitio dedicado completamente a describir y detallar esta banca desde su conceptualización hasta su realización.
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